Una actividad glútea correcta es de vital importancia para tener una espalda sana. Debido a que todas las energías que asumimos provenientes del suelo se deben primero a una acción que hemos hecho nosotros contra éste y lo que estamos obteniendo es una reacción desde el suelo.
Pues éstos, al igual que los pies, son un sistema tampón; es decir, nos ayudan a asumir cargas, absorber fuerzas y generar una buena biomecánica al movimiento.
Esto es básicamente lo que explica Newton en su tercera LEY:
“Para cada acción hay una reacción igual y en sentido opuesto.”
¿Cómo podemos relacionar esto con nuestros glúteos?
Pues éstos, al igual que los pies, son un sistema tampón; es decir, nos ayudan a asumir cargas, absorber fuerzas y generar una buena biomecánica al movimiento.
Tener unos glúteos en forma es necesario para que todas las fuerzas que suben desde el suelo sean absorbidas por estos, ya que son grande músculos sustentados por una gran estructura como son los iliacos, sacro y cadera.
Conectan nuestro tronco con nuestra zona lumbar y así el resto de fuerzas ascendentes lleguen a nuestro tronco de manera adecuada.
El fracaso de esta musculatura glútea genera que las fuerzas y presiones se acumulen en la zona lumbar baja, la cual no está preparada para asumir tantas cargas ya que son músculos pequeños y sus estructuras óseas también.
Esto va a generar problemas lumbares y desgastes articulares debido al sobre-esfuerzo provocando cargas innecesarias, y al final provocando patologías discales con el paso de los años.